El ELN anuncia un cese al fuego unilateral durante las presidenciales de Colombia
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en Colombia, ha decretado un cese al fuego unilateral desde el 25 de mayo hasta el 3 de junio en todo el país, “para [que] quienes deseen votar, lo hagan en tranquilidad”, según han comunicado los rebeldes. Esa tregua abarca la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 29 de mayo, pero de momento no la eventual segunda vuelta para elegir al sucesor del presidente Iván Duque.
“Antes de conocer quién pueda ser el candidato ganador nos atrevemos a crear un nuevo momento político generando un mejor ambiente para la próxima jornada electoral”, dice el comunicado que el grupo armado divulgó en su página web, que aparece firmado por la dirección nacional. La guerrilla se muestra dispuesta a “reanudar los diálogos con el Gobierno del presidente que resulte electo”, y asegura que “un proceso de paz con el ELN es la mejor oportunidad de abordar asuntos prioritarios”, como el asesinato de líderes sociales, la corrupción o el narcotráfico.
Esta es la segunda ocasión en la que el ELN decreta un cese al fuego unilateral este año que coincide con una fecha electoral, como lo había hecho el pasado 13 marzo para las legislativas. La guerrilla advierte, sin embargo, que se reserva “el derecho” de defenderse en caso de ser atacada.
Hace cuatro, el ELN también había decretado sendas treguas unilaterales de cara a las elecciones legislativas y las dos vueltas presidenciales, pero en ese entonces estaba en marcha un difícil diálogo con el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018), que venía de sellar el histórico acuerdo de paz que permitió que las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejarán las armas y se convirtieran en un partido político con representación en el Congreso.
Desde su llegada al poder, el presidente Duque, un crítico de los acuerdos con las FARC, condicionó los diálogos con el ELN a que la guerrilla renunciara a cualquier actividad criminal, y muy especialmente el secuestro, además de liberar a todos sus cautivos. De entrada, el diálogo con el Gobierno quedó entonces en suspenso, y cualquier perspectiva de acercamiento voló por los aires cuando, a comienzos de 2019, el ELN perpetró un atentado con carro bomba contra una escuela de cadetes de la policía en Bogotá que dejó 22 muertos. Duque dio por terminada la negociación y pidió a Cuba, donde se encontraba la cúpula negociadora de la guerrilla, que entregara a los cabecillas.
El periodo de Duque, que concluye el próximo 7 de agosto, se ha consumido sin avances de cara a una eventual negociación, con frecuentes roces diplomáticos con Cuba, que se ha negado a entregar a la cúpula del ELN en cumplimiento de los protocolos de negociación. En el entretanto, la guerrilla que nació hace más de medio siglo inspirada por la revolución cubana y la teología de la liberación, se ha fortalecido, he hecho atentados y decretado en más de una ocasión lo que llama como un “paro armado” en los territorios donde hace presencia, que incluyen tanto la frontera con Venezuela como la franja del Pacífico.
Considerado por diversos observadores como la última guerrilla en armas en América Latina, el ELN tiene una estructura federada que dificulta cualquier proceso de negociación.
El domingo 29 de mayo se celebra la primera vuelta de las presidenciales, en la que parte como favorito el izquierdista Gustavo Petro, a la cabeza de todas las encuestas, aunque de momento sin los suficientes apoyos para imponerse sin necesidad de una segunda vuelta, programada para el 19 de junio. Su más inmediato perseguidor es Federico Fico Gutiérrez, el candidato de la coalición de derecha. Más atrás aparecen el independiente Rodolfo Hernández y el aspirante de centro Sergio Fajardo. Las eventuales negociaciones con el ELN han sido un punto de debate recurrente a lo largo de la campaña, y la mayoría de los candidatos se han mostrado dispuestos a intentar echar a andar un proceso. Ni siquiera Gutiérrez, el menos crítico frente al impopular Gobierno de Duque y de línea más continuista, ha cerrado del todo la puerta a explorar un diálogo, aunque lo ha condicionado a que la guerrilla deje de cometer crímenes.