WASHINGTON, (Xinhua) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló el jueves las pautas para una reapertura gradual de la economía del país afectada por la pandemia de COVID-19.
«Nuestros expertos dicen que la curva se ha aplanado y que el pico de los casos nuevos ha quedado atrás. En todo el país, más de 850 condados o casi el 30 por ciento de nuestro país no han informado de casos nuevos en los últimos siete días», dijo Trump en una conferencia de prensa de la Casa Blanca.
«Con base en los datos más recientes, nuestro equipo de expertos ahora está de acuerdo en que podemos comenzar el próximo frente en nuestra guerra, que llamamos ‘abrir Estados Unidos nuevamente’, y eso es lo que estamos haciendo», dijo.
En su opinión, un cierre nacional no es una solución sostenible a largo plazo, y un cierre prolongado, combinado con una depresión económica forzada, «infligiría un costo inmenso y amplio» en la salud pública.
«Por lo tanto, mi administración está emitiendo nuevas pautas federales que permitirán a los gobernadores adoptar un enfoque gradual y deliberada para reabrir sus propios estados», indicó el presidente.
Los criterios para reabrir la economía incluyen mostrar una trayectoria descendente de síntomas similares a COVID-19 informados durante 14 días en un estado o región determinados, así como una disminución en casos documentados o pruebas positivas durante el mismo período de 14 días, según las directrices.
Los estados y las regiones también deben garantizar que los hospitales puedan tratar a todos los pacientes y tener un programa de pruebas sólido para los trabajadores sanitarios en riesgo antes de pasar a la reapertura gradual.
El objetivo de las directrices es mitigar el riesgo de un resurgimiento en los casos y proteger a las poblaciones vulnerables, según la Casa Blanca. Los funcionarios estatales y locales pueden necesitar adaptar la aplicación de estos criterios a las circunstancias locales.
Las pautas llegan después de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos dijera el miércoles que la actividad económica «se contrajo brusca y abruptamente» en todas las regiones del país como resultado de la pandemia.
El número de casos de COVID-19 en EE. UU. superó los 660.000 el jueves por la noche con más de 32.000 muertes, según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.